Limpiar la superficie retirando todo el esmalte suelto, asà como el óxido, la suciedad, la grasa y la sal. Aclarar con agua limpia y dejar que se seque.
Aplicación
Agitar el recipiente con fuerza y verter la cantidad necesaria en un recipiente de plástico.
Con brocha: aplicar directamente sobre la zona oxidada, trabajando especialmente las áreas muy picadas, las esquinas y cantos. Evitar cubrir las zonas ya pintadas.